José “Pepe” Rothman, Fredy Martínez, Alberto Rodriguez y Ricardo Barca, entre otros, son los primeros referentes de “Acción Solidaria”, serenos navegantes de los ríos del delta, que encontraron un norte solidario, beneficiando a la gente de la isla, a través de las escuelas.
“Pepe” es vendedor de respuestos de automóviles en Nuñez y tiene un carisma especial que lo transforma en el movilizador del grupo.
El Mensajero: ¿Cómo se logró conformar el grupo?
José “Pepe”Rotman: El grupo se formó y creció comunicándose por internet desde el año 2001. Ahora estamos coronando una etapa con la concreción de una asociación civil que se va a llamar Acción Solidaria Delta.
EM: ¿Qué los llevó a tomar esta iniciativa?
JR: Nuestra filosofía esta basada en disfrutar el agua sobre nuestros barcos y ocurre que uno navega deportivamente y no mira la isla, pero al levantar la mirada aparecen casas, hay gente con necesidades difíciles de solucionar, porque algo que también hemos definido hace año: en el río no hay basura, y en el río no hay semáforos, entonces nadie puede revisar basura, cartonear, o vender en las esquinas.
Así es que canalizamos por medio de las escuelas una ayuda comunitaria y además les solicitamos que sean intermediarios para que esta ayuda llegue a las demás familias. De esta manera sentimos que le devolvemos al río lo que el río no da.
EM: ¿Podría estimar la cantidad donada en estos añosulo de lo que han repartido?
JR: Con el esfuerzo colectivo ya hemos superado las setenta toneladas de ayuda al delta. Acercamos ropas, libros, útiles escolares, calzados, medicamentos, y alimentos no pereceredos. A esta escuela es la tercera vez que llegamos, y el año pasado con la colaboración de prefectura hemos repartido unos 700 juguetes para el día del niño en todas las escuelas, incluso a la de la Isla Martín García.
EM: ¿Qué otras actividades realizan para los navegantes?
JR: Bueno, hemos generamos charlas especializadas gratuitas en la Escuela Nacional de Nautica, en un Colegio y en la Liga Naval Argentina que denominamos “charlas en el Cockpit”(1), donde se intercambian las experiencias vividas, y aproximadamente han circulado unas ocho mil personas en los últimos cuatro años.
Hoy estamos trabajando también en el Centro Asturiano de Vicente López donde creamos módulos que son una serie de charlas congruentes a un mismo tema , donde se expone una enseñanza muy honesta y profunda de destacados docentes, profesionales e ingenieros de la nautica, realizando de esta manera un aporte interesante a cambio de un mínimo arancel en beneficio de Acción Solidaria.
Esta fuente de recaudación, por ejemplo, hoy se han convertido en 1.500 kilos de alimento que trajimos, comprados en los supermecados mayoristas. Y confiamos que los recursos también nos van a permitir asistir a cualquier persona que necesite por ejemplo una silla de ruedas o requiera lícitamente un aporte económico por una causa justa.
Aclaro que lo nuestro no es venir a ver miseria ni algo parecido, solo se trata de gente que esta bien economicamente y ayuda a gente que no esta tan bien.
Otro integrante y primer presidente de Acción Solidaria Delta es Alfredo “Fredy” Martínez, jubilado como piloto de Aerolíneas Argentinas.
EM: ¿En qué se caracteriza o diferencia esta asociación de las demás?
Alfredo Martínez: Es importante destacar que nosotros en cada evento de este tipo, recibimos algo a cambio y sentimos que además de navegar, le encontramos un motivo más a cada viaje. Es mucho más que un aporte personal, porque los que nos rodean se enteran y colaboran con esta cruzada Otra característica es que el aporte va de mano a mano, no es que estamos poniendo en una alcancia; cada rop que traemos pasa de la directora o la maestra al chico y si pasamos a la semana siguiente de visita lo vemos.
Otra características es la anti burocrácia que practicamos. Todas las ONG empiezan con una idea, buscan una sede, un logo, etc. Acá fue todo espontaneo sin papeles de por medio. La formalidad aparece cinco años después por la necesidad de dar un recibo u otro trámite legal..
DIRECTORA Y ALGO MÁS.
-¿Que haces Jazmín, a dónde vas?-
-A bueno… va a pasear a la prima.-
Con ojos de madre, la directora Alejandra Urban, acompaña a la distancia y sin desatender la charla, el recorrido perimetral de una de sus alumnas que pasea en bicicleta y seguramente fue atraída por la curiosidad ante la llegada de tantas embarcaciones.
La ex Escuela 10 (E.S.B. 25, desde febrero de este año) abrió sus puertas en 1893, y por ella circularon miles de historias de vida.
Se encuentra a casi dos horas del puerto del Escobar, sobre el río Carabelas y solo reciben la visita de un grupo de jóvenes de Maschwitz que se acercan una vez al año a dar talleres bajo el programa “Patios Abiertos”. Tampoco cuentan con medios fluviales directos desde el puerto. La línea Delta que sale de Tigre es la única que llega hasta la escuela.
En el mismo predio se ubica el Jardín 911; también existe una biblioteca popular, cancha de futbol, juegos de plaza, una huerta hecha por los chicos y un hermoso salón que cuenta con escenario para los actos y una amplia sala comedor, donde almuerzan los 45 alumnos que asisten diariamente de 9:30 a 15 hs. Ninguno de los docentes vive en el lugar y solo la cocinera asiste desde Escobar.
Cada aula tiene un delegado y presentan sus ideas de trabajo que llevan a la práctica y sirve como incentivo para que aprendar a estudiar con más ganas. Además, desde hace seis años participan en los Parlamentos Juveniles de San Fernando (partido al que pertenecen aunque se está proyectando el distrito de Isla) donde sus proyectos han sido los ganadores por quinto año consecutivo.
En el delta, todo es más dificil de conseguir y el proyecto que más añoran ahora es el de poner en funcionamiento una radio comunitaria para los isleños. La sala de dirección es diferente a las demás, porque el escritorio y la silla sirven como mesa de trabajo para maquetas, muestras y preparación de proyectos, poniendo en evidencia que no hay tiempo para sentarse a esperar.
Alejandra es la directora, la asistente social, la cocinera, la segunda mamá y una agradecida de cada día que amanece, y concluye: “Mientras los papás no me echen, me voy a quedar acá para siempre.”
El delta cuenta con un presente semi abandonado y entre sus formas de trabajo esta la explotación de la madera de algunos álamos y sauces para hacer papel y la venta de mimbre. Sin embargo, el paisaje que nos regala invita a recorrerlo y debajo de una casuariana espera que lo integremos a nuestras vidas.