lunes, 19 de noviembre de 2007

FUE LA LUCHA, LA PLUMA Y LA PALABRA. Escobar despidió a Blanca Buda

Era Blanca. Blanca ante lo negro, Blanca ante lo oscuro, Blanca en sus principios y en su fuerte temperamento. Y Blanca en su testimonio de vida.
El pasado Jueves 8, dejó de existir Blanca Nelly Leonor Buda, una página que se incorpora en la historia de Escobar.
Fue candidata a intendente en 1973, corresponsal del diario El Debate de la ciudad de Zárate, columnista de los diarios Fomento y La Voz del Ciudadano de Pacheco, y colaboradora del periódico El Actual de Escobar (hasta 1976). El 30 de Marzo de ese mismo año, durante la última dictadura militar, fue secuestrada en su domicilio y desaparecida, recuperando la libertad el 23 de diciembre de 1978.
Entre 1980 y 1987 escribió tres ensayos: Operativos de Baja Intensidad en América Latina, Los Poderes Especiales y La Forestal.

En 1988 edita Cuerpo I – Zona IV (El Infierno de Suarez Mason) declarado de interés legislativo por la Cámara de Senadores de la Provincia de Bs. As. en 1996, e incluído como material de interés para el tema Derechos Humanos en las bibliotecas universitarias argentinas y extranjeras. Realizó varios programas de radio, entre ellos La Pluma y la Palabra, declarada de interés municipal por el Concejo Deliberante de Escobar en 1995. Fue editorialista de la revista Hoy, de Escobar. Entre sus libros podemos citar Hombres de Sangre – Hombres de Espíritu (1995) y Reino Transparente (1999). 
Ya en 1997 había sido premiada por la SADE (Soc. Arg. de Escritores) y esta relación la llevó a fundar la Regional SADE Escobar, donde participó con sus últimas antologías.
Blanca Buda ha dejado un legado para las nuevas generaciones y un ejemplo de vida para imitar.
Sus restos fueron enterrados en el Jardín de Paz de la Ciudad de Pilar.
Jamás imagineros su despedida, pero desde El Mensajero del Norte va nuestro reconocimiento para su familia y su compañero de camino Julio Zalazar.
“… Altiva, me pasea por todos los poemas, dolida por el cortejo que dibuja larga estela;
más, no le doy ventaja ni dejo escapar detalle, avanzo otra nueva estrofa mientras me regala letra.
Camino suelta de ropas, por la galería eterna, descubriendo los colores que el infinito destella.
La parca satisfecha, se ríe de mí
 y yo…   y yo me río de ella.”

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